Dichosos ustedes cuando los insulten y los persigan por mi causa –dice
el Señor–. Esten alegres y contentos, porque su recompensa será grande
en el cielo. (Mateo 5, 11-12)
Padre nuestro, Padre misericordioso y lleno de amor,
mira a tus hijos e hijas que a causa de la fe en tu Santo Nombre
sufren la persecución y discriminación
en Irak, Siria y tantos lugares del mundo.Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza
en los momentos más difíciles de perseverar en la fe.
Que les haga capaces de perdonar a los que les oprimen.
Que les llene de esperanza para que puedan vivir su fe en alegría y libertad.
Que María, Auxiliadora y Reina de la Paz
interceda por ellos y les guíe por el camino de santidad.
Padre Celestial, que el ejemplo de nuestros hermanos perseguidos
aumente nuestro compromiso cristiano,
que nos haga más fervorosos y agradecidos por el don de la fe.
Abre, Señor, nuestros corazones para que con generosidad
sepamos llevarles el apoyo y mostrarles nuestra solidaridad.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Señor Dios, que en tu providencia misteriosa asocias la Iglesia a los dolores de tu Hijo, concede a los fieles, que sufren por tu nombre, espíritu de paciencia y caridad, para que se manifiesten siempre testigos verdaderos y fieles de tus promesas.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Por nuestro Señor Jesucristo.
(De las Oraciones del Misal Romano)
Foto: Dimitri Conejo Sanz
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