Hermanos: hemos ido muchas veces a la enorme estación y se nos ha dicho por el altavoz: “Llega inmediatamente por la vía 12” o “llega por la vía 4”. Pero no. No llegaba Dra unaestrella o un estrello del cine, o un magnate de las finanzas, o un general de la OTAN, o un gran político, o una gran figura eclesial, quizás hasta un visionario religioso... Pero no era, no, no era Dios. ¡Tantos advientos! ¡ Tantas esperas ya...! Y volvíamos a casa con el mal sabor de boca de la tomadura de pelo, o de nuestra ingenua candidez, prometiéndonos que otra vez iban a engañar a su tía... Pero, vamos a ver, hermanos: ¿Dónde podemos encontrar a Dios ? Todo el Antiguo Testamento esperándole los reyes, los sabios, los importantes. Quizás esperándole en la torre del templo, o en el palacio real, en la clase de los teólogos. Y luego les hace trampa. Se esconde entre los analfabetos y los animales, que a tantos les parece casi lo mismo. ¡Dios tiene unas bromas! ¿Dónde esperas a Dios en este ad...
"Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva." Juan 4,10