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Mostrando las entradas etiquetadas como Oraciones

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, esa es nuestra humilde súplica; y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, con la fuerza que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

4 oraciones de San Ignacio de Loyola

Alma de Cristo Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén. Oración de entrega Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.

A María Auxiliadora

  Oración a María Auxiliadora, compuesta por San Juan Bosco ¡Oh María Virgen poderosa! Tú, la grande e ilustre defensora de la Iglesia; Tú, Auxiliadora del pueblo cristiano; Tú, terrible como un ejército en orden de batalla; Tú, que sola destruyes los errores del mundo, defiéndenos en nuestras angustias, auxílianos en nuestras luchas, socórrenos en nuestras necesidades, y en la hora de la muerte, recíbenos en el eterno gozo. Amén Novena a María Auxiliadora

Emaús

Porque es tarde, Dios mío,     porque anochece ya     y se nubla el camino;     porque temo perder     las huellas que he seguido,     no me dejes tan sola     y quédate conmigo.     Porque he sido rebelde     y he buscado el peligro,     y escudriñé curiosa     las cumbres y el abismo,     perdóname, Señor,     y quédate conmigo.     Porque ardo en sed de Ti     y en hambre de tu trigo,     ven, siéntate a mi mesa;     bendice el pan y el vino.     ¡Qué aprisa cae la tarde!...     ¡Quédate al fin conmigo! Ernestina de Champourcin Compartir

Día de los fieles difuntos - Una oración por las almas del purgatorio

Oración por las almas del purgatorio Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y antepasados.A cada invocación se contesta: ¡Jesús mío, misericordia!Ayudad a mis hermanos y parientes. Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales. Ayudad a los que han sido mis amigos. Ayudad a cuantos debo amor y oración. Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado. Ayudad a los que han faltado contra mí. Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección. Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos. Ayudad a los que os desean más ardientemente. Ayudad a los que sufren más. Ayudad a los que están más lejos de su liberación. Ayudad a los que menos auxilio reciben. Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia. Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres. Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos. Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera. Ayudad a los...

Santa Cruz de Jesucristo,ten piedad de mí

Oración a la Santa Cruz Señor Jesús  que habéis sufrido la muerte sobre el árbol de la cruz, por nuestros pecados, acompáñadme,  Santa Cruz de Jesucristo, ten piedad de mí. Santa Cruz de Jesucristo, rechazad de mi toda arma cortante y de fuego. Santa Cruz de Jesucristo, derramad sobre mi todo bien. Santa Cruz de Jesucristo, descartad de mi todo mal. Santa Cruz de Jesucristo, haced que alumbre el camino de la salud. Santa Cruz de Jesucristo, rechazad de mi todo atentado de muerte. Santa Cruz de Jesucristo, presérvame de accidentes corporales y temporales. Que yo adore la Santa Cruz de Jesucristo por siempre; Jesús de Nazaret crucificado, tened piedad de mí. Haced que el Espíritu maligno y nocivo, se aparte de mí, por los siglos de los siglos. Amén. Compartir

Ángelus de Getsemaní

V/. El ángel del Señor apareció para asistir a Jesús. R/. Y fue consolado por el Espíritu Santo.          (Padrenuestro) V/. Heme aquí en agonía: si es posible, pase de Mi este cáliz. R/. Pero que se haga Tu voluntad y no la mía.       (Padrenuestro)     V/. El Verbo hecho Hombre fue clavado en la cruz. R/. Y padeció por nosotros ¡Oh Jesús¡       (Padrenuestro) V/. Ten misericordia de nosotros ¡Oh Jesús¡ R/. Para que seamos dignos de tu consolación. S U P L I C A Te rogamos, Señor, derrames tus gracias sobre nuestros corazones a fin de que habiéndote ofrecido tu Unigenito Jesús su agonía en el Huerto de los Olivos, por los méritos de su Pasión y Cruz podamos algún día renacer a la gloria de la Resurreción. Por el mismo Jesuscristo Nuestro Señor Amén. Cardenal Rafael Merry del Val Compartir

Acto de Consagración al Corazón Inmaculado de María de Rusia y Ucrania

Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulación, recurrimos a ti. Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz. Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes. Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo. Hemos preferido ignorar a Dios, convivir con nuestras falsedades, alimentar la agresividad, suprimir vidas y acumular armas, olvidándonos de que somos custodios...

Salud de los enfermos, ¡ruega por nosotros! (Oración a la Virgen de Lourdes)

¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre nuestra! Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a tu maternal corazón, para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu misericordia sobre nosotros. Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches, Pero acuérdate que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ti haya sido abandonado. ¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima! Ya que Dios obra por tu mano curaciones sin cuento en la Gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guarda también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo… (se dice el nombre) . Alcánzale de tu Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios. Pero mucho más, alcánzanos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en los Sagrario...

Oración de Juan Pablo II a la Virgen de Guadalupe

Oh Virgen Inmaculada del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por send...

Novena de la confianza

Novena de la confianza Madre amable de mi vida, auxilio de los cristianos, la gracia que necesito, pongo en tus benditas manos. Dios te salve María… Tú que sabes mis pesares, pues todos te los confío, da la paz a los turbados y alivia el corazón mío. Dios te salve María…  Y aunque tu amor no merezco, no recurriré a Ti en vano, pues eres Madre de Dios y Auxilio de los Cristianos. Dios te salve María…  Acuérdate oh Madre Santa, que jamás se oyó decir, que alguno te haya implorado sin tu Auxilio recibir. Dios te salve María…  Por eso con fe y confianza, humilde y arrepentido, lleno de amor y esperanza, este favor yo te pido. (Se presenta la intención)  Salve Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro,...

Oración por los enemigos

Bendice a mis enemigos, Señor. Yo también los bendigo y no los maldigo. Mis enemigos me han llevado a tus brazos más que mis amigos. Mis amigos me han atado a la tierra, mis enemigos han hecho que me desprenda de ella y han destruido mis aspiraciones en este mundo. Mis enemigos han hecho que sea un extranjero en los reinos de la tierra y que habite como forastero en este mundo. Del mismo modo que un animal perseguido por los cazadores encuentra un refugio más seguro que un animal despreocupado, yo, perseguido por mis enemigos, encontré el santuario más seguro oculto bajo tu tabernáculo, donde ni amigos ni enemigos pueden matar mi alma. Bendice a mis enemigos, Señor. Yo también los bendigo y no los maldigo. Ellos han confesado mis pecados ante el mundo en mi lugar. Me han castigado cuando yo he dudado en castigarme. Me han atormentado, cuando he intentado huir de los sufrimientos. Me han reprendido, cuando yo me envanecía. Me han escupido, cuando estaba lleno de arrogancia. Bendice a mi...

La coraza de San Patricio

Me levanto hoy Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad, Por medio de creer en sus Tres Personas , Por medio de confesar la Unidad, Del Creador de la Creación. Me levanto hoy Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo, Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro, Por medio de la fuerza de Su resurrección y asunción, Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal. Me levanto hoy Por medio de la fuerza del amor de Querubines, En obediencia de Ángeles, En servicio de Arcángeles , En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa, En oraciones de Patriarcas,En palabras de Profetas, En prédicas de Apóstoles, En inocencia de Santas Vírgenes, En obras de hombres de bien.

Oración de San Francisco ante el Cristo de San Damián

Sumo, glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y verdadero mandamiento. ( San Francisco de Asís )

Virgen y Madre nuestra de Coromoto

Virgen y Madre nuestra de Coromoto, que siempre has preservado la fe del pueblo venezolano . En tus manos pongo sus alegrías y esperanzas, las tristezas y sufrimientos de todos tus hijos. Implora sobre los Obispos y Presbíteros los dones del Espíritu, para que, fieles a sus promesas sacerdotales, sean infatigables mensajeros de la Buena Nueva, especialmente entre los más pobres y necesitados.  Infunde en los religiosos y religiosas el ejemplo de tu entrega total a Dios, para que en el servicio abnegado a los hermanos los acompañe en sus trabajos y necesidades. Madre de la Iglesia, alienta a los fieles laicos, comprometidos con la Nueva Evangelización, para que, con la promoción humana y la evangelización de la cultura, sean auténticos apóstoles en el Tercer Milenio. Protege a todas las familias venezolanas, para que sean verdaderas Iglesias domésticas, donde se custodie el tesoro de la fe y de la vida, donde se enseñe y se practique siempre la caridad fraterna. Ay...

¿Quo Vadis?

" Yo Soy Dios y te amo. ¡Solo yo soy capaz de transformar en mieles las hieles de tu vida!" Por Ulina Fadul Gómez Voy a la casa de la felicidad a buscar entre sus pliegues, un poco de la alegría que se fue de mi vida, y me dejó tirada sobre la tierra dura y pedregosa. Voy a la casa del sufrimiento para dejar allí, en el hueco de sus manos callosas y rudas, todas las penas que cunden en mi alma. Voy al panal de mieles, para verter en él los acíbares que amargan mi existencia, y traer un poco de la dulzura y suavidad de sus adentros. Pero, ni en la casa de la felicidad... ni en la del sufrimiento, ni en el panal de mieles, se me quitó del alma, este sabor amargo, que hace de mi vivir una pesada carga. No, ellos no tienen el poder de transformar mis hieles en miel... ni mi dolor en felicidad, ni mis penas en alegrías. Y siento que me pierdo como en bosque tupido, sin salidas posibles, sin espacios felices, sin brisas que refresquen el calor que sofoca, ni agua helada que apague,...

Salve, Reina de misericordia

Salve, Reina de misericordia, Señora del mundo, Reina del cielo, Virgen de las vírgenes , Sancta Sánctorum, luz de los ciegos, gloria de los justos, perdón de los pecadores, reparación de los desesperados, fortaleza de los lánguidos, salud del orbe, espejo de toda pureza. Haga tu piedad que el mundo conozca y experimente aquella gracia que tú hallaste ante el Señor, obteniendo con tus santos ruegos perdón para los pecadores, medicina para los enfermos, fortaleza para los pusilánimes, consuelo para los afligidos, auxilio para los que peligran. Por ti tengamos acceso fácil a tu Hijo , oh bendita y llena de gracia, madre de la vida y de nuestra salud, para que por ti nos reciba el que por ti se nos dio. Excuse ante tus ojos tu pureza las culpas de nuestra naturaleza corrompida: obténganos tu humildad tan grata a Dios el perdón de nuestra vanidad. Encubra tu inagotable caridad la muchedumbre de nuestros pecados: y tu gloriosa fecundidad nos conceda abundancia de merecimientos. ...

Señor, ¿Cuándo vendrás a nosotros?

El deseo de Dios. ¡Valor, pobre hombre! Huye un poco de tus ocupaciones, escapa por un momento del tumulto de tus pensamientos. Rechaza ahora tus pesadas preocupaciones y deja de lado tus pesadumbres. Regala a Dios un instante y descansa un poco en él. Entra allí donde habita tu espíritu, expulsa a todos del lugar, menos a Dios, o aquello que puede ayudarte a buscarlo. Cierra la puerta e inicia su búsqueda. Ahora, habla, corazón mío, ábrete totalmente y di a Dios: Yo busco tu rostro. Estoy buscando tu rostro, Señor. Tú, Señor, mi Dios, enseña a mi corazón dónde y cómo buscarte, dónde y cómo encontrarte. Si no estás aquí, Señor, ¿dónde te buscaré en tu ausencia? Y si estás en todas partes, ¿por qué no te veo? ¿Habitas en una luz inaccesible? Entonces, ¿quién me conducirá hasta allí y me introducirá para que yo te vea? Y, además, ¿por qué indicios, por qué rastros buscarte? Jamás te vi, Señor, Dios mío, no conozco tu rostro. ¿Qué puede hacer, Altísimo Señor, que puede...

Orando por los Cristianos perseguidos

  Dichosos ustedes cuando los insulten y los persigan por mi causa –dice el Señor–. Esten alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo. (Mateo 5, 11-12) Padre nuestro, Padre misericordioso y lleno de amor, mira a tus hijos e hijas que a causa de la fe en tu Santo Nombre sufren la persecución y discriminación en Irak, Siria y tantos lugares del mundo.Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza en los momentos más difíciles de perseverar en la fe. Que les haga capaces de perdonar a los que les oprimen. Que les llene de esperanza para que puedan vivir su fe en alegría y libertad. Que María, Auxiliadora y Reina de la Paz interceda por ellos y les guíe por el camino de santidad. Padre Celestial, que el ejemplo de nuestros hermanos perseguidos aumente nuestro compromiso cristiano, que nos haga más fervorosos y agradecidos por el don de la fe. Abre, Señor, nuestros corazones para que con generosidad sepamos llevarles el apoyo y mostrarles...

¡Condúceme Tú, siempre más adelante!

A través de las tinieblas que me rodean ¡condúceme Tú, siempre más adelante! La noche es oscura y estoy lejos del hogar: ¡condúceme Tú, siempre más adelante! Guía mis pasos: no pido ver ya lo que se dice ver allá abajo: un solo paso cada vez es bastante para mí. Yo no he sido siempre así ni tampoco he rezado siempre para que Tú me condujeras. Tú, siempre más adelante. Deseaba escoger y ver mi camino; pero ahora: ¡condúceme Tú, siempre más adelante! Ansiaba los días de gloria, y a pesar de los temores el orgullo dirigía mi querer: ¡oh!, no te acuerdes de esos años que pasaron ya.