¡Condúceme Tú, siempre más adelante!


A través de las tinieblas que me rodean
¡condúceme Tú, siempre más adelante!
La noche es oscura
y estoy lejos del hogar:
¡condúceme Tú, siempre más adelante!
Guía mis pasos: no pido ver ya
lo que se dice ver allá abajo: un solo paso cada vez
es bastante para mí.

Yo no he sido siempre así
ni tampoco he rezado siempre
para que Tú me condujeras. Tú, siempre más adelante.
Deseaba escoger y ver mi camino; pero ahora:
¡condúceme Tú, siempre más adelante!
Ansiaba los días de gloria, y a pesar de los temores
el orgullo dirigía mi querer:
¡oh!, no te acuerdes de esos años que pasaron ya.

Tu poder me ha bendecido tan largamente
que aún sabrá conducirme siempre más adelante
por el llano y por los pantanos,
sobre la roca abrupta y el bramar del torrente
hasta que la noche haya pasado
y me sonrían en la mañana esas caras de ángeles
que había amado hace largo tiempo
y que durante una época perdí.
¡Condúceme, dulce Luz!
¡Condúceme Tú, siempre más adelante!

John Henry Newman

Foto: cathopic.com


Compartir
Palabras de Agua y Luz
Intenciones de Oración