Nuestros recuerdos son solo nuestros y no podemos culpar a nada ni nadie del pasado por cualquier dolor que habite en ellos Hay tres habitaciones en el Templo de nuestra alma: la Memoria, el Intelecto y la Voluntad, y las tres deben ser devueltas a Dios adornadas con las joyas de la Fe, la Esperanza y la Caridad. Las estructuras de maderas que se nos dieron en el Bautismo deben ser consolidadas con aquellos sólidos materiales adecuados para que habite en ella un Rey. Si permitimos que las estructuras originales se deterioren y caigan en ruinas por nuestra pereza y nuestra falta de celo, viviremos en aquellas ruinas por toda la eternidad. Nuestros recuerdos son solo nuestros y no podemos culpar a nada ni nadie del pasado por cualquier dolor que habite en ellos. Si les abrimos la puerta o seguimos desmenuzando el pasado en nuestra mente, solo nos tendremos a nosotros mismos para culparnos. Nuestra falta de perdón nos llena de odio y nuestra falta de compasión nos v...
"Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva." Juan 4,10