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¡Condúceme Tú, siempre más adelante!

A través de las tinieblas que me rodean ¡condúceme Tú, siempre más adelante! La noche es oscura y estoy lejos del hogar: ¡condúceme Tú, siempre más adelante! Guía mis pasos: no pido ver ya lo que se dice ver allá abajo: un solo paso cada vez es bastante para mí. Yo no he sido siempre así ni tampoco he rezado siempre para que Tú me condujeras. Tú, siempre más adelante. Deseaba escoger y ver mi camino; pero ahora: ¡condúceme Tú, siempre más adelante! Ansiaba los días de gloria, y a pesar de los temores el orgullo dirigía mi querer: ¡oh!, no te acuerdes de esos años que pasaron ya.

La luz encendida

    Del santo Evangelio según san Marcos: 4, 21-25 En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga". Siguió hablándoles y les dijo: "Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará".

La esperanza de tener esperanza

  «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.» (Juan 20, 13) Ella llora el no saber dónde está el Señor , a dónde lo han llevado, quién se lo ha quitado. Se trata entonces de un dolor que puede identificar, que tiene una razón evidente, un porqué. Más allá del pesar persiste una certeza: si lo busca habrá de hallarlo nuevamente. Pero existe un dolor que tal vez sea más grande; un dolor sin esperanza, un dolor que es un vacío que no se sabe cómo llenar. Un dolor inmenso cuyo origen no se puede identificar con los sentidos; es el abandono de los que viven como anestesiados por los poderes efímeros del mundo. Hoy son millones y millones los que han perdido el camino y no lo saben, les han quitado la oportunidad de escuchar una voz, una palabra, que les haga saber que no son veletas al viento, que son hijos de un padre que los ama, que tienen a quien recurrir. El Señor que da la vida por ellos. Buscan al Señor ...

Ser feliz en Navidad

Si te sientes feliz en Navidad , no te extrañes. Tienes derecho y razón de ser feliz. Si en Navidad sientes deseos de hacer las paces con todo el mundo, hazlo sin dudar. Los ángeles te lo indican: Paz a los hombres de buena voluntad. Si tienes deseos de hacer las paces con Dios en Navidad, ¿por qué esperar? Es el momento más adecuado. No todos los días sientes los mismos deseos. Es mejor pedir perdón a un Niño que a un Hombre. Mejor acudir al tribunal de la Misericordia que al de la Justicia. Si te sientes triste en Navidad, no has entendido.

La Virgen de Guadalupe

Oración de S. S. Juan Pablo II a la Virgen de Guadalupe ¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de la...

¿Qué Hizo Jesús Por Mí?

  Dejó la Eternidad y vivió en el Tiempo para que yo pudiera dejar el Tiempo y vivir en la Eternidad. Dejó al Padre Eterno en toda Su Gloria para hacerse hombre y dar a conocer la supremacía del Padre sobre toda la humanidad. Él vino como un siervo humilde para reparar el daño de los que dicen, "no serviré". Fue manso de corazón y le dio todo el crédito al Padre por todo lo que hizo y ofreció su humillación voluntaria como una expiación por mi orgullo y mi espíritu de independencia. Él era el Maestro de todos pero nunca obligó a alguno a seguirlo. Su humildad era tan grande, que entendió el odio de Sus enemigos y le pidió a Su Padre que los perdonase. Él gobernó toda la creación y sin embargo se sujetó a José y María como un hijo obediente. Estaba feliz de ser considerado un carpintero inculto , aún cuándo Él había creado el mundo entero. Se puso en manos de dos personas que Él había creado porque vio la voluntad de su Padre en sus órdenes.

La confesión de San Patricio

  ¿De dónde vino esta sabiduría que no fue mía, yo que ni sabía el número de los días ni tuve conocimiento de Dios? ¿De dónde vino el don tan grande y tan sano de conocer o, mejor dicho, de amar a Dios, aun si se me perdiera la patria y la familia? 1 Yo, Patricio , pecador, un campesino muy sencillo, el menos importante de todos que tienen fe y, para muchos, lo más despreciable, soy hijo de Calpurnius, diácono, hijo del difunto sacerdote Potitus de la comarca de Bannven Taburniae. Él tuvo una pequeña casa cerca de donde estuve raptado. En aquel entonces tuve dieciséis años de edad. De hecho, no conocí al verdadero Dios y fui llevado al cautiverio en Irlanda con muchos miles de personas, tal como lo merecíamos, por habernos alejado de Dios. Ni guardamos sus mandos, ni obedecíamos a nuestros sacerdotes, quienes nos acordaban de nuestra salvación. Y el Señor nos dejó caer la ira de su ser y nos desparramó entre muchas naciones, aún hasta los extremos del mundo donde yo, en mi...