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¿Quo Vadis?

"Yo Soy Dios y te amo.
¡Solo yo soy capaz
de transformar en mieles las hieles de tu vida!"

Por Ulina Fadul Gómez

Voy a la casa de la felicidad
a buscar entre sus pliegues,
un poco
de la alegría que se fue de mi vida,
y me dejó tirada sobre la tierra dura y pedregosa.

Voy a la casa del sufrimiento para dejar allí,
en el hueco de sus manos callosas y rudas, todas las penas que cunden en mi alma.

Voy al panal de mieles,
para verter en él
los acíbares
que amargan mi existencia,
y traer un poco
de la dulzura y suavidad de sus adentros.

Pero,
ni en la casa de la felicidad...
ni en la del sufrimiento,
ni en el panal de mieles,
se me quitó del alma, este sabor amargo,
que hace de mi vivir
una pesada carga.

No,
ellos no tienen el poder de transformar mis hieles en miel...
ni mi dolor en felicidad,
ni mis penas en alegrías.

Y siento que me pierdo como en bosque tupido,
sin salidas posibles,
sin espacios felices,
sin brisas que refresquen el calor que sofoca,
ni agua helada que apague,
el fuego que me quema en el profundo centro del corazón que arde
sin que se apague nunca.

Y me grita la felicidad:
"No tengo nada que sea suficiente para traer de vuelta tu gozo que se ha ido".

Me dice el sufrimiento: "Aquí, en mi casa,
dejaste tus tristezas,
pero no se quedaron,
pues,
al salir de mi estancia,
las llevaste de vuelta en tu aljaba de penas".

Y el panal me reclama:
"Devuélveme la miel que me robaste,
pues tus hieles,
son más amargas que todos los dulzozes que llevaste de mí".

Y me quedé turbada
y perpleja
al escuchar sus voces duras, crueles...
Y se me hundió la vida en el profundo
abismo de los males.
Y me quedé sin rumbo,
y ya no supe
qué más hacer
ni a dónde
encaminar mis pasos.
Y mis pies temblorosos, inseguros,
se dieron vuelta
sin saber qué ruta
debía ahora emprender
con mis pesadas cargas
y cadenas y amarras.

¿Devolverme?
¿Quedar parada en medio del camino?

¿Quo Vadis?
-escuché de los Cielos-.

Una voz infinita,
más dulce que la miel
de todos los panales...
Una voz que al oírla,
se me metió en el alma y partió en dos mi pecho,
y trajo todo el gozo que se me había marchado...

Una voz que regó
de mieles y ternuras mi cuerpo y alma juntos.
Y las hieles huyeron
a las profundidades de los abismos fríos y tenebrosos.

Dijo entonces la voz:
"¿No sabes dónde ir?¿No encuentras el camino?
¿No sabes cómo hacer para curar tu corazón sufriente?
Tómame de la mano
y caminemos,
por entre abismos, hieles, sufrimientos...
Yo puedo darte todo: esas mieles que ansías,
el amor,
la ternura infinita.
Yo puedo darte Vida, eterna y abundante...
¡Yo Soy Dios y te amo!
No continúes buscando, en donde no me encuentro,
el Agua fresca y Viva
que te daré abundante!
Exultarás de gozo,
y danzarás...y el duelo,
ya no visitará
tu corazón,
y el Cielo,
será ahora tu destino

Yo te descargaré de las espaldas,
los dolores y penas que te atan.
"Yo Soy Dios y te amo.
¡Solo yo soy capaz
de transformar en mieles las hieles de tu vida!"

Ulina Fadul Gómez
Barinas, Mayo 11 2020


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