Manuel Rodriguez Diaz. En estos tiempos, cuando a san Pedro y a san Pablo les cerrarían furiosamente la puerta de los seminarios, san Ignacio de Loyola no sería admitido por los Jesuitas, a san Agustín no le dejarían entrar los Agustinos y a san Francisco lo echarían los Franciscanos; en estos tiempos difíciles, Jesús sigue eligiendo y llamando, sigue diciendo: ven y sígueme. Cuando yo abro nadie cierra, cuando yo cierro nadie abre. La vida religiosa y el sacerdocio se ofrecen como opciones de carrera, como si de profesiones se tratara, a jóvenes adolescentes, tal como se les invita a estudiar derecho, medicina u alguna otra cosa. Ser religiosa o religioso no es un trabajo como cualquier otro. No es algo que se hace, es algo que se es.
"Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva." Juan 4,10