Oración de SS Juan Pablo II
Virgen
y Madre nuestra de Coromoto, que siempre has preservado la fe del
pueblo venezolano. En tus manos pongo sus alegrías y esperanzas, las
tristezas y sufrimientos de todos tus hijos.
Implora
sobre los Obispos y Presbíteros los dones del Espíritu, para que,
fieles a sus promesas sacerdotales, sean infatigables mensajeros de la
Buena Nueva, especialmente entre los más pobres y necesitados.
Infunde
en los religiosos y religiosas el ejemplo de tu entrega total a Dios,
para que en el servicio abnegado a los hermanos los acompañe en sus
trabajos y necesidades.
Madre
de la Iglesia, alienta a los fieles laicos, comprometidos con la Nueva
Evangelización, para que, con la promoción humana y la evangelización de
la cultura, sean auténticos apóstoles en el Tercer Milenio.
Protege
a todas las familias venezolanas, para que sean verdaderas Iglesias
domésticas, donde se custodie el tesoro de la fe y de la vida, donde se
enseñe y se practique siempre la caridad fraterna.
Ayuda
a los católicos a ser sal y luz para los demás, como auténticos
testigos de Cristo, presencia salvadora del Señor, fuente de paz, de
alegría, de esperanza.
Reina
y Madre Santa de Coromoto, ilumina a quienes rigen los destinos de
Venezuela, para que trabajen por el progreso de todos, salvaguardando
los valores morales y sociales cristianos.
Ayuda
a todos y cada uno de tus hijos e hijas, para que, con Cristo Nuestro
Señor y Hermano, caminen juntos hacia el Padre, en la unidad del
Espíritu Santo. Amén.
Oración de SS Juan Pablo II a “Nuestra Señora de Coromoto”
Guanare, 10 de febrero de 1996