Pastor, te bendigo por lo que me das. Si nada me das, también te bendigo. Te sigo riendo si entre rosas vas. Si vas entre cardos y zarzas, te sigo. ¡Contigo en lo menos, contigo en lo más, y siempre contigo!
"Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva." Juan 4,10