Lectura del santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a Cafarnaúm, su ciudad. En esto, trajeron a donde él estaba a un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: “Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados”.
En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a Cafarnaúm, su ciudad. En esto, trajeron a donde él estaba a un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: “Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados”.
Al oír esto,
algunos escribas pensaron: “Este hombre está blasfemando”. Pero Jesús,
conociendo sus pensamientos, les dijo: “¿Por qué piensan mal en sus
corazones? ¿Qué es más fácil: decir ‘Se te perdonan tus pecados’, o
decir ‘Levántate y anda’? Pues para que sepan que el Hijo del hombre
tiene poder en la tierra para perdonar los pecados,—le dijo entonces al
paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.
El se levantó y
se fue a su casa. A ver esto, la gente se llenó de temor y glorificó a
Dios, que había dado tanto poder a los hombres.