Lectura del santo evangelio según san Mateo
En aquel tiempo,
mientras Jesús hablaba, se le acercó un jefe de la sinagoga, se postró
ante él y le dijo: “Señor, mi hija acaba de morir; pero ven tú a
imponerle las manos y volverá a vivir”.
Jesús se levantó
y lo siguió, acompañado de sus discípulos. Entonces, una mujer que
padecía flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y
le tocó la orilla del manto, pues pensaba: “Con sólo tocar su manto, me
curaré”. Jesús, volviéndose, la miró y le dijo: “Hija, ten confianza;
tu fe te ha curado”. Y en aquel mismo instante quedó curada la mujer.
Cuando llegó a
la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a los flautistas, y el
tumulto de la gente y les dijo: “Retírense de aquí. La niña no
está muerta; está dormida”. Y todos se burlaron de él. En cuanto
hicieron salir a la gente, entró Jesús, tomó a la niña de la mano y ésta
se levantó. La noticia se difundió por toda aquella región