Ir al contenido principal

Entradas

3 Razones para Mantener los Labios Cerrados - Padre Alberto Linero

Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad (1 Juan, 5-10)

Este es el mensaje que hemos escuchado de labios de Jesucristo y que ahora les anunciamos: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad.  Si decimos que estamos con Dios, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no vivimos conforme a la verdad. Pero, si vivimos en la luz, como él vive en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.  Si decimos que no tenemos ningún pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si, por el contrario, confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos purificará de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra.

"Hallelujah" - "Messiah" G. F. Handel

Dispersiones que desgastan

Leer, oír, hablar, mirar, hacer, comer, dormir. Empezar y terminar. Mil actividades se suceden en nuestro camino humano. Nos dejamos arrastrar por conquistas y por penas, por deseos y por miedos, por anuncios y por amigos, por sueños y por proyectos. Estamos dispersos. Nos derramamos en cientos de intereses. Buscamos alegrías y descanso en nuevos instrumentos, en juegos electrónicos, en mensajes y llamadas por teléfono. El día inicia entre prisas. La jornada avanza entre satisfacciones por lo hecho y angustias al ver lo mucho que quedará por hacer. La noche llega entre tensiones y cansancios, mientras la mente vuela hacia lo que tal vez ocurrirá mañana. El mundo corre frenético entre dispersiones y prisas que desgastan. Los progresos técnicos nos apartan de la contemplación que tanto ayuda para descubrir lo importante, lo bello, lo bueno. Sentimos que falta tiempo para pensar sobre el sentido profundo de la vida. Necesitamos abrir espacios de reflexión para el ...

He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo... (Mateo 1,18-24))

 Lectura del santo Evangelio según san Mateo Gloria a ti, Señor   Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel ...

Corazón Fuerte pero no duro - Padre Ricardo Bulmez