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Entradas

Juan 8, 1-11

...Jesús se fue al monte de los Olivos, pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?» Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acuasarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra». E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?» Ella respondió: «Nadie, Señor». Jesús le dijo: «Tampo...

Aguaviva OA - No me mueve mi Dios para quererte

Aguaviva - Ministerio Católico No me mueve mi Dios para quererte, oración atribuida a Santa Teresa de Ávila. Arte digital, guitarra y voz por Manuel Rodriguez Diaz No me mueve mi Dios para quererte el cielo que me tienes prometido ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte Tú me mueves señor, mueveme el verte clavado en una cruz, escarnecido Mueveme al ver tu cuerpo tan herido Mueveme tus afrentas y tu muerte Mueveme, al fin, tu amor y en tal manera que aunque no hubiera cielo yo te amara y aunque no hubiera infierno te temiera No me tienes que dar porque te quiera Pues, aunque lo que espero no esperara y lo mismo que te quiero te quisiera

Sabiduría 11-12

Sabiduría 11 1 Ella dirigió felizmente sus empresas por medio de un profeta santo. 2 Atravesaron un desierto deshabitado y fijaron sus tiendas en parajes inaccesibles; 3 hicieron frente a sus enemigos y rechazaron a sus adversarios. 4 Tuvieron sed y te invocaron: de una roca abrupta se les dio agua, de una piedra dura, remedio para su sed. 5 Lo mismo que fue para sus enemigos un castigo, fue para ellos en su apuro un beneficio. 6 En vez de la fuente perenne de un río enturbiado por una mezcla de sangre y barro 7 en pena de su decreto infanticida, diste a los tuyos inesperadamente un agua abundante, 8 mostrándoles por la sed que entonces sufrieron de qué modo habías castigado a sus adversarios. 9 Pues cuando sufrieron su prueba - si bien con misericordia corregidos - conocieron cómo los impíos, juzgados con cólera, eran torturados; 10 pues a ellos los habías probado como padre que amonesta, pero a los otros los habías castigado como rey severo que condena. 11 Tanto estand...

Padre Marcelo Rossi - Noites Traiçoeiras

Sabiduría 9-10

Sabiduría 9 1 "Dios de los Padres, Señor de la misericordia, que hiciste el universo con tu palabra, 2 y con tu Sabiduría formaste al hombre para que dominase sobre los seres por ti creados, 3 administrase el mundo con santidad y justicia y juzgase con rectitud de espíritu, 4 dame la Sabiduría, que se sienta junto a tu trono, y no me excluyas del número de tus hijos. 5 Que soy un siervo tuyo, hijo de tu sierva, un hombre débil y de vida efímera, poco apto para entender la justicia y las leyes. 6 Pues, aunque uno sea perfecto entre los hijos de los hombres, si le falta la Sabiduría que de ti procede, en nada será tenido. 7 Tú me elegiste como rey de tu pueblo, como juez de tus hijos y tus hijas; 8 tú me ordenaste edificar un santuario en tu monte santo y un altar en la ciudad donde habitas, imitación de la Tienda santa que habías preparado desde el principio. 9 Contigo está la Sabiduría que conoce tus obras, que estaba presente cuando hacías el mundo, que sabe lo que es a...

Fernando Casanova - Los cantos protestantes

Sabiduría 7-8

Sabiduría 7 1 Yo también soy un hombre mortal como todos, un descendiente del primero que fue formado de la tierra.En el seno de una madre fui hecho carne; 2 durante diez meses fui modelado en su sangre, de una semilla de hombre y del placer que acompaña al sueño. 3 Yo también, una vez nacido, aspiré el aire común, caí en la tierra que a todos recibe por igual y mi primera voz fue la de todos: lloré. 4 Me crié entre pañales y cuidados. 5 Pues no hay rey que haya tenido otro comienzo de su existencia; 6 una es la entrada en la vida para todos y una misma la salida. 7 Por eso pedí y se me concedió la prudencia; supliqué y me vino el espíritu de Sabiduría. 8 Y la preferí a cetros y tronos y en nada tuve a la riqueza en comparación de ella. 9 Ni a la piedra más preciosa la equiparé, porque todo el oro a su lado es un puñado de arena y barro parece la plata en su presencia. 10 La amé más que la salud y la hermosura y preferí tenerla a ella más que a la luz, porque la claridad qu...