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Mostrando entradas de abril, 2019

Envía tu Espíritu, Señor, que es agua y es fuego, que es nube y es viento

¡Ven, Espíritu Santo! Envía tu Espíritu , Señor, que es agua y es fuego, que es nube y es viento. I Llueve el agua de tu Espíritu , que sea un torrente inmenso, lave al mundo de sus manchas limpie el corazón entero. Manantial inagotable, multiplica los veneros de agua viva, que se sacien todos los hombres sedientos. Bautízanos en esta agua, que renazca el hombre nuevo , que toda la tierra seca se convierta en semillero. II Espíritu, hoguera viva, prende en nosotros tu fuego, que purifique la escoria y queme todo lo viejo. Padecemos tanto el frío de interminables inviernos, sé Tú calor verdadero, sé Tú nuestro horno secreto.

El Ave María. Un saludo entre los cristianos

Nadie puede contar cuántos millones de avemarías se elevan al cielo cada día. Sin embargo, a pesar de su popularidad, le llevó siglos a esta oración desarrollarse. Esta oración está compuesta de dos partes. La primera consta de una doble salutación extraída del Evangelio: 1 – La salutación del arcángel Gabriel , enviado por Dios a fin de anunciar la divina maternidad de María: “Ave, llena de gracia, el Señor es contigo” (Lc. 1, 28); 2 – La salutación de Santa Isabel, prima de Nuestra Señora, que inspirada por el Espíritu Santo proclamó: “Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre” (Lc. 1, 42). A estas dos salutaciones fueron añadidas dos palabras para que ellas fuesen más distintamente enunciadas: María (Ave María…) y Jesús (de tu vientre, Jesús). La segunda parte de la oración contiene una súplica. Estas dos salutaciones dichas juntas eran todo el Ave María durante más de mil años. El primer documento escrito ...