Señor: ¡Guíanos por los caminos de nuestra historia!
¡Muestra a la Iglesia y a sus pastores de nuevo el justo camino!
¡Mira a la humanidad que sufre, que vaga insegura entre tantos interrogantes; mira el hambre física y psíquica que la tormenta!
¡Da a los seres humanos pan para el cuerpo y para el alma!
¡Dales trabajo, dales luz, dales Tú mismo!
¡Purifícanos y santifícanos!.
Haznos comprender que sólo mediante la participación en tu Pasión, mediante el "sí" a la cruz, a la renuncia, a las purificaciones que nos impones, nuestra vida puede madurar y alcanzar su verdadero cumplimiento.
¡Reúnenos de todos los confines de la tierra! ¡Une a tu Iglesia, une a la humanidad lacerada!
¡Danos tu salvación!.