Los que creen
Felices lo que no te vieron, y creyeron en Ti. Felices los que no contemplaron, tu semblante
y confesaron tu divinidad.
Felices los que, al leer el Evangelio, reconocieron en Ti a Aquel que esperaba!. Felices los que, en tus Enviados, divisaron tu divina presencia.
Felices los que, en el secreto de su corazón, escucharon tu voz y respondieron.
Felices los que, animados por el deseo de palpar a Dios, te encontraron en el misterio.
Felices los que, en los momentos de oscuridad, se adhirieron más fuertemente a tu luz.
Felices los que, desconcertados por la prueba, mantienen su confianza en Ti.
Felices los que, bajo la impresión de tu ausencia, continúan creyendo en tu proximidad.