Por el año que termina: Gracias, Señor, gracias




Desde el mismo primer día, este fue un año de duras pruebas; de mucho andar en los caminos que se recorren con los pies y en los caminos que se andan en el alma y en silencio. Gracias, Señor, porque son tus caminos.

Una misión llegó a su final generando dudas y angustia (¿y ahora qué?) pero ya Tú, en tu infinita misericordia,  nos habías fortalecido para no paralizarnos y avanzar. Gracias, Señor, porque es Tu voluntad.

Soltamos las cosas que cumplieron su función, los lugares a los que ya no podemos ir, las personas que se marcharon. Aprendimos un poquito sobre el desapego. Gracias, Señor, porque Tú nos enseñaste.

Fuimos bienvenidos, deseando la paz,  en nuevos lugares, recibimos en paz a las personas que llegaron. Gracias, señor, 
porque Tú abriste las puertas.

El canto, tu canto,  se hizo escuchar; para salir al encuentro de los que te buscan con decisión y de los que te buscan sin saberlo.  Gracias, Señor, que se haga Tu voluntad.

Por el año que termina: Gracias, Señor, gracias. Por el año por venir: gracias, Señor, gracias. 

Seas por siempre bendito y alabado, Señor Jesús. 






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