Esto dice el Señor:
“Comparte tu pan con el hambriento, abre tu casa al pobre sin techo,
viste al desnudo y no des la espalda a tu propio hermano.
Entonces surgirá tu luz como la aurora y
cicatrizarán de prisa tus heridas; te abrirá camino la justicia y la
gloria del Señor cerrará tu marcha. Entonces clamarás al Señor y él te
responderá; lo llamarás, y él te dirá: ‘Aquí estoy’.
Cuando
renuncies a oprimir a los demás y destierres de ti el gesto amenazador y
la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies
la necesidad del humillado, brillará tu luz en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.