Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Gloria a ti, Señor
Cuando Jesús estaba ya crucificado, las
autoridades le hacían muecas, diciendo: “A otros ha salvado; que se
salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido”. También los
soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y
le decían: “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”.
Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo,
que decía: “Este es el rey de los judíos”. Uno de los malhechores
crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: “Si tú eres el Mesías,
sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro le reclamaba, indignado:
“¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros
justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha
hecho”. Y le decía a Jesús: “Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate
de mí”. Jesús le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en
el paraíso”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.