Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Pablo tuvo una visión
nocturna en Corinto, en la que le dijo el Señor: “No tengas miedo. Habla
y no calles, porque yo estoy contigo y nadie pondrá la mano sobre ti
para perjudicarte. Muchos de esta ciudad pertenecen a mi pueblo”. Por
eso Pablo se quedó allí un año y medio, explicándoles la palabra de
Dios.
Pero cuando Galión era procónsul de Acaya,
los judíos, de común acuerdo, se abalanzaron contra Pablo y lo llevaron
hasta el tribunal, donde dijeron: “Este hombre trata de convencer a la
gente de que den a Dios un culto contrario a la ley”. Iba Pablo a tomar
la palabra para responder, cuando Galión dijo a los judíos: “Si se
tratara de un crimen o de un delito grave, yo los escucharía, como es
razón; pero si la disputa es acerca de palabras o de nombres o de su
ley, arréglense ustedes”. Y los echó del tribunal. Entonces se
apoderaron de Sóstenes, jefe de la sinagoga, y lo golpearon delante del
tribunal, sin que Galión se preocu- para en lo más mínimo.
Pablo se quedó en Corinto todavía algún
tiempo. Después se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria, con
Priscila y Aquila. En Céncreas se rapó la cabeza para cumplir una
promesa que había hecho.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.