Indiferentismo religioso (2)

Basta la Biblia para salvarse

Es otra trampa. Según estas personas, en la Biblia uno encuentra todo lo necesario para salvarse. Teniendo la Biblia, uno lo tiene todo. Por lo tanto, el problema de la verdadera Iglesia sale sobrando. Los que piensan así, están convencidos de que la Biblia está al origen de todo y que todas las iglesias salieron de la Biblia. 




Evidentemente, están equivocados. 

 Para poder entender este problema, he aquí unos puntos básicos:

1. - Cristo fundó una sola Iglesia, asegurándole que permanecería hasta el fin del mundo. Esta Iglesia históricamente se demuestra ser la Iglesia Católica.

2. - Cristo mandó «predicar», no «escribir» su mensaje. Él mismo no escribió nada.

3. - La Iglesia Católica vivió muchos años sin el Nuevo Testamento.

4. - Este se terminó de escribir alrededor del año 100 después de Cristo y fue el fruto más bonito de la actividad de las primeras generaciones de los discípulos de Cristo. A este propósito véase: «Canon Bíblico» .

5. - La Iglesia Católica estableció el canon o lista de los libros que componen el Nuevo Testamento. Entre todos los libros que se escribieron en aquel tiempo, la Iglesia Católica declaró cuáles eran inspirados y cuáles no (año 382: Sínodo Romano; año 393: Concilio de Hipona; año 397: Concilio de Cartago).

6. - Por lo que se refiere al Antiguo Testamento, la Iglesia escogió la edición que se hizo fuera de Palestina, tomando la traducción al griego (versión de los Setenta) de la edición hecha en Palestina en hebreo y añadiendo siete libros escritos originalmente fuera de Palestina en griego. Es la edición que utilizaron los apóstoles, al predicar fuera de Palestina.

7. - Si se perdiera la Biblia, la Iglesia Católica seguiría poseyendo toda la verdad enseñada por Cristo y que hasta la fecha ha transmitido fielmente, como hizo antes que se escribiera el Nuevo Testamento.

8. - Por lo tanto, la Iglesia Católica es la madre de la Biblia y sólo ella tiene la capacidad para interpretarla correctamente.

Por todo esto, es un error aceptar la Biblia y rechazar o menospreciar la Iglesia Católica que le dio vida. Si se acepta la Biblia, tanto más se tiene que aceptar la autoridad de la Iglesia Católica que formó y reconoció el Nuevo Testamento como Palabra de Dios.

Es un absurdo querer poner la Biblia como autoridad suprema en el campo de la fe. Hay que reconocer que primero está Cristo, después la Iglesia y después la Biblia. Y no al revés. No haber entendido esto, ha causado muchas desviaciones, favoreciendo el indiferentismo religioso.

Autor: P. Flaviano Amatulli
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