En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “La paz les dejo, mi
paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni
se acobarden. Me han oído decir: ‘Me voy, pero volveré a su lado’. Si
me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más
que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que
cuando suceda, crean. Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se
acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí,
pero es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo
exactamente lo que el Padre me ha mandado”.