En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “La paz les dejo, mi
paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni
se acobarden. Me han oído decir: ‘Me voy, pero volveré a su lado’. Si
me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más
que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que
cuando suceda, crean. Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se
acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí,
pero es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo
exactamente lo que el Padre me ha mandado”.
Catena Legionis Antífona. ¿Quién es Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla? Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles, de generación en generación. Él hace proezas con brazo; dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. An...
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