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Hablar con Dios

¿Qué es rezar? Si miramos al ser humano, vemos que trabaja, se afana, se ocupa. Y no tiene tiempo para Dios, para escucharlo, para conversar con Él, para hablarle, para rezar. ¡Qué poco tiempo dedicamos a la oración !

¿Qué importa si digo esa palabra?, ¿Qué importa si me meto en ese asunto?

San Doroteo de Gaza. Cuando Dios creó al hombre, puso en él un germen divino, una especie de facultad más viva y luminosa que una chispa, para iluminar el alma y permitirle discernir entre el bien y el mal. Es lo que llamamos conciencia, que no es sino la ley natural. Ella está representada, según los Padres, por los pozos que cavó Jacob y que los filisteos llenaron de tierra (Gn 26,15). Fue conformándose a esa ley de la conciencia cómo los Patriarcas y todos los santos anteriores a la ley escrita fueron agradables a Dios.

Señor: ¡Guíanos por los caminos de nuestra historia!

Señor: ¡ Guíanos por los caminos de nuestra historia! ¡Muestra a la Iglesia y a sus pastores de nuevo el justo camino! ¡Mira a la humanidad que sufre, que vaga insegura entre tantos interrogantes; mira el hambre física y psíquica que la tormenta!

Siento rabia y Tú me dices que tengo que perdonar

Jesús me inquieta. Tengo rabia y Él  me dice que debo perdonar . Tengo miedo y Él  me dice que debo arriesgarme. Tengo dudas y Él  me dice que debo creer. Estoy angustiado y Él  me dice que me tranquilice.

¿A quién te quieres parecer?

Y tú, ¿a quién te quieres parecer? Acaso a ese cantante popular, o a algún jugador de fútbol afamado, o a esos personajes que se ven en las publicidades disfrutando en fiestas con gente sonriente y copas en sus manos. Me dirás que no, que te sientes cómodo pareciéndote a nadie en particular. Sin embargo, ¿qué comportamientos imitas, que cosas buscas con esfuerzo y anhelo?

Sabrás que ya es tarde

Sabrás del dolor de estar solo y de la pena de estar con muchos.  Sabrás de la soledad de la noche y de la longitud del día. Sabrás de la espera sin paz y el guardar con miedo. Sabrás de la traición de los leales y la dura crueldad de los que se creen perfectos. Sabrás que ya es tarde, casi imposible, sabrás que a algunos no les interesa y que a los demás no les importa.

Orando con el Credo

CREO Quisiera que me susurrases al oído esta frase: "Tú fe te ha salvado." "Que se haga conforme a tu fe." No quisiera escuchar el reproche: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudas?" Creo con todo mi corazón en cada una de las verdades del símbolo apostólico, el Credo. Creo en un sólo Señor , único Dios, único Padre . Los ídolos no viven, son piedras, son madera o bronce sin aliento de vida. Tú eres vida, luz, amor infinito. Hoy muchos no te aceptan, Dios eterno, juventud inmarcesible, y prefieren hacerse sus propias divinidades que se llaman alcohol, drogas y amor libre, dioses ante quienes doblan la rodilla y el alma. Pero esos dioses humanos se les han hecho pedazos en las manos. Yo creo en Ti, siempre he confiado en Ti y siempre te amaré, único Dios, imprescindible Dios, creador del cielo, de la tierra y de todo lo que existe. Sin Ti nada existiría, todo sería caos y tiniebla. Sin Ti yo no existiría. Tú llegaste primero, Tú has estado ...