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II Macabeos 7

1 Sucedió también que siete hermanos apresados junto con su madre, eran forzados por el rey, flagelados con azotes y nervios de buey, a probar carne de puerco (prohibida por la Ley). 2 Uno de ellos, hablando en nombre de los demás, decía así: "¿Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que violar las leyes de nuestros padres." 3 El rey, fuera de sí, ordenó poner al fuego sartenes y calderas. 4 En cuanto estuvieron al rojo, mandó cortar la lengua al que había hablado en nombre de los demás, arrancarle el cuero cabelludo y cortarle las extremidades de los miembros, en presencia de sus demás hermanos y de su madre. 5 Cuando quedó totalmente inutilizado, pero respirando todavía, mandó que le acercaran al fuego y le tostaran en la sartén. Mientras el humo de la sartén se difundía lejos, los demás hermanos junto con su madre se animaban mutuamente a morir con generosidad, y decían: 6 "El Señor Dios vela y con toda seguridad se apiadará d...

II Macabeos 6

1 Poco tiempo después, el rey envió al ateniense Geronta para obligar a los judíos a que desertaran de las leyes de sus padres y a que dejaran de vivir según las leyes de su Dios; 2 y además para contaminar el Templo de Jerusalén, dedicándolo a Zeus Olímpico, y el de Garizim, a Zeus Hospitalario, como lo habían pedido los habitantes del lugar. 3 Este recrudecimiento del mal era para todos penoso e insoportable. 4 El Templo estaba lleno de desórdenes y orgías por parte de los paganos que holgaban con meretrices y que en los atrios sagrados andaban con mujeres, y hasta introducían allí cosas prohibidas. 5 El altar estaba repleto de víctimas ilícitas, prohibidas por las leyes. 6 No se podía ni celebrar el sábado, ni guardar las fiestas patrias, ni siquiera confesarse judío; 7 antes bien eran obligados con amarga violencia a la celebración mensual del nacimiento del rey con un banquete sacrificial y, cuando llegaba la fiesta de Dióniso, eran forzados a formar parte de su cortejo, co...

Mateo 3

1 Por aquellos días aparece Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: 2 "Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos." 3 Este es aquél de quien habla el profeta Isaías cuando dice: = Voz del que clama en el desierto:Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. = 4 Tenía Juan su vestido hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero a sus lomos, y su comida eran langostas y miel silvestre. 5 Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región del Jordán, 6 y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. 7 Pero viendo él venir muchos fariseos y saduceos al bautismo, les dijo: "Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? 8 Dad, pues, fruto digno de conversión, 9 y no creáis que basta con decir en vuestro interior: "Tenemos por padre a Abraham"; porque os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham. 10 Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árb...

Mateo 5, 1-12

1 Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. 2 Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: 3 "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 4 Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. = 5 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. 7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. 9 Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 11 Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. 12 Alegráos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande e...

II Macabeos 5

1 Por esta época preparaba Antíoco la segunda expedición a Egipto. 2 Sucedió que durante cerca de cuarenta días aparecieron en toda la ciudad, corriendo por los aires, jinetes vestidos de oro, tropas armadas distribuidas en cohortes, 3 escuadrones de caballería en orden de batalla, ataques y cargas de una y otra parte, movimiento de escudos, espesura de lanzas, espadas desenvainadas, lanzamiento de dardos, resplandores de armaduras de oro y corazas de toda clase. 4 Ante ello todos rogaban que aquella aparición presagiase algún bien. 5 Al difundirse el falso rumor de que Antíoco había dejado esta vida, Jasón, con no menos de mil hombres, lanzó un ataque imprevisto contra la ciudad; al ser rechazados los que estaban en la muralla y capturada ya por fin la ciudad, Menelao se refugió en la Acrópolis. 6 Jasón hacía cruel matanza de sus propios ciudadanos sin caer en cuenta que un éxito sobre sus compatriotas era el peor de los desastres; se imaginaba ganar trofeos de enemigos y no de ...

Salmo 27

  1 El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Amparo de mi vida es el Señor, ¿ante quién temblaré? 2 Cuando los malvados se lanzan contra mí para comer mi carne, ellos, mis enemigos y contrarios, tropiezan y perecen. 3 Si me sitia un ejército contrario, mi corazón no teme; si una guerra estalla contra mí, aún tendré confianza.  4 Una cosa al Señor sólo le pido, la cosa que yo busco es habitar en la casa del Señor mientras dure mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y cuidar de su santuario. 5 Porque él me dará asilo en su cabaña en tiempos de desdicha, me ocultará en el secreto de su tienda, y me alzará sobre la roca. 6 Y ahora mi cabeza se levanta sobre mis enemigos que me cercan. Jubiloso en su carpa ofreceré sacrificios con aclamaciones. Quiero cantar, tocar para el Señor. 7 Señor, oye la voz con que a ti clamo, escucha, por piedad. 8 Mi corazón de ti me habla diciendo: "Procura ver su faz".  9 Es tu rostro, Señor, lo ...

II Macabeos 4

1 En mencionado Simón, delator de los tesoros y de la patria, calumniaba a Onías como si éste hubiera maltratado a Heliodoro y fuera el causante de sus desgracias; 2 y se atrevía a decir que el bienhechor de la ciudad, el defensor de sus compatriotas y celoso observante de las leyes, era un conspirador contra el Estado. 3 A tal punto llegó la hostilidad, que hasta se cometieron asesinatos por parte de uno de los esbirros de Simón. 4 Considerando Onías que aquella rivalidad era intolerable y que Apolonio, hijo de Menesteo, estratega de Celesira y Fenicia, instigaba a Simón al mal, 5 se hizo llevar donde el rey, no porque pretendiera acusar a sus conciudadanos, sino que miraba por los intereses generales y particulares de toda su gente. 6 Pues bien veía que sin la intervención real era ya imposible pacificar la situación y detener a Simón en sus locuras. 7 Cuando Seleuco dejó esta vida y Antíoco, por sobrenombre Epífanes, comenzó a reinar, Jasón, el hermano de Onías, usurpó el sum...