El verano, tiempo de vacaciones.
La
primavera ha sido más bien fría. Si nuestra moral ha estado un poco de
capa caída, paciencia, el verano acabará llegando. Y también el periodo
de vacaciones.
Las
vacaciones, un momento para tomar distancia de nuestras ocupaciones
habituales. Pero no son sólo un paréntesis. Es un tiempo de descanso,
pero también de renovación, de encuentro, de compartir, de
convivialidad.
Un
tiempo de renovación: algunos se cogerán unos días para hacer un retiro
o una peregrinación. Otros volverán a leer el Evangelio, solos o con
otros, como una palabra que hace vivir la actualidad.
Otros
podrán renacer ante el gran libro de la Creación admirando los
paisajes, tan distintos y tan magníficos, que nos elevan y nos hablan de
Dios.
¡Qué
podamos en esos momentos entender la invitación de Dios a cuidar de
este mundo, a hacer de él, allí donde vivamos, un mundo más cálido, más
humano, más fraterno!
Un
tiempo de encuentro con los más cercanos, con los amigos. Un momento
para vivir algo juntos. Un momento para cuidar de los otros, sean
quienes sean.
Un
tiempo para compartir, compartir nuestra amistad, nuestra alegría.
Compartir nuestro apoyo a los niños, demostrando que son importantes
para nosotros.
Un
tiempo de oración, también, atentos a lo que pasará en nuestro mundo en
ese momento. Recemos por lo que más lo necesitan, por la paz, por una
mejor convivencia entre nosotros.
Este
será aún el año de la misericordia. Hagamos que nuestro corazón esté
atento a las cosas hermosas, a cada una de las personas que corren el
riesgo de sentirse un poco solas.
¡Qué
las vacaciones nos permitan llenarnos de alegría, amistad y renovación!
Entonces podremos, mejor equipados, retomar nuestro camino juntos.
¡Buenas vacaciones a todos!
Padre Jacques
Palabras del Padre Jacques por el día de todos los santos 2015
Muchos
son los santos que celebramos el primero de noviembre. A algunos los
conocemos por su nombre. Ellos son recordados en el calendario
litúrgico. En esta "gran multitud", muchos permanecen anónimos.Creemos
que están perdidos, pero ellos viven en Dios.
¡...No tengan miedo de la santidad!
(Traducción de la carta del francés por Helena Faccia Serrano, diócesis de Alcalá de Henares. Fuente: http://www.religionenlibertad.com/index.asp)