El ángel le respondió: Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. (Lucas 1,19)
El ángel les dijo: No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor. (Lucas 2, 10-11)
He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado. (Éxodo 23, 20)
Guárdense de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo les digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. (Mateo 18,10)
De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. (Mateo 28,2)
¡Alaben al Señor desde los cielos, alábenle en las alturas, alábenle todos sus ángeles, todas sus huestes, alábenle! (Salmo 148, 1-2)
Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles (Marcos 8,38)
En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones.
En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el Libro. (Daniel 12,1)
Salió Tobías a buscar un hombre que conociera la ruta y fuera con él a Media. En saliendo, encontró a Rafael, el ángel, parado ante él; pero no sabía que era un ángel de Dios. (Tobías 5,4)
Él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos (Salmo 91,11)