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La Caída de la Luna / Falling Moon (Cortometraje Animado)

Una joven madre soltera está luchando entre abandonar a su pequeño bebé o no. Cuando parece estar decidida a abandonarlo y todo esta perdido en una decisión injusta para ambos, la Luna cae sobre ella mostrándole el gran cariño y amor al que ella quiere renunciar. Momentos difíciles donde se requiere valentía, tolerancia y amor para superar la prueba y ser la mejor mamá del mundo, como en su gran mayoría, todas lo intentan.

Confesiones de San Agustín

Descargar en pdf LIBRO PRIMERO CAPITULO I 1. Grande eres, Señor, y laudable sobremanera; grande tu poder, y tu sabiduría no tiene número. ¿Y pretende alabarte el hombre, pequeña parte de tu creación, y precisamente el hombre, que, revestido de su mortalidad, lleva consigo el testimonio de su pecado y el testimonio de que resistes a los soberbios? Con todo, quiere alabarte el hombre, pequeña parte de tu creación. Tú mismo le excitas a ello, haciendo que se deleite en alabarte, porque nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti. Dame, Señor, a conocer y entender qué es primero, si invocarte o alabarte, o si es antes conocerte que invocarte. Mas ¿quién habrá que te invoque si antes no te conoce? Porque, no conociéndote, fácilmente podrá invocar una cosa por otra. ¿Acaso, más bien, no habrás de ser invocado para ser conocido? Pero ¿y cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán si no se les predica?

La necedad divina

Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres. ¡Miren, hermanos, quiénes han sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza. Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte.  Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es.  Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios. 1 Corintios 25-29

Hágase en mí según tu palabra

Lectura de santo Evangelio según san Lucas (1:26-38) Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin." María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?" El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado...

El sentido de la Misa para el Padre Pío de Pietrelcina

Testimonio del P. Derobert El Padre Derobert, hijo espiritual del Padre Pío, explica el sentido que tenía la Misa para el Santo de Pietrelcina: “El me había explicado poco antes de mi ordenación sacerdotal que celebrando la misa había que poner el paralelo su cronología y la cronología de la Pasión de Cristo. Se trataba de comprender y de darse cuenta, en primer lugar, de que el sacerdote en el altar es Jesucristo. Y desde ese momento Jesús en su sacerdote revive indefinidamente su Pasión”. Y este es el itinerario de la cronología y orden en paralelo de la Misa y de la Pasión: 1.- Desde la señal de la Cruz hasta el Ofertorio: Es el tiempo de encuentro con Jesús en Getsemaní, sufriendo con Él ante la marea negra del pecado. Unirse a Él en el dolor de ver que la Palabra del Padre, que Él había venido a traernos, no sería recibida o sería recibida muy mal por los hombres. Y desde esta óptica hay que escuchar las lecturas de la Misa que están dirigidas personalmente a...

Enséñame tus caminos Señor

Enséñame tus caminos Señor, para que yo camine en tu verdad, concentra mi corazón en el temor de tu nombre (Salmo 86,11)

La fe es dar un paso al vacío

Aceptar la fe es dar un paso al vacío. Porque se puede vivir sin fe, y nada cambia. Si tengo fe, mis familiares se enferman lo mismo que si no la tuviera. Si tengo fe, la gente se muere, lo mismo que si no la tuviera. Si tengo fe... Al preguntarse si se acepta o no, surge el mismo sentimiento que tiene quien está a punto de hacer una opción determinante en su vida. Como un paracaidista que tiene que saltar del avión. Porque el futuro personal depende de esta respuesta. Lo primero que salta a la vista es que la fe obliga a no seguir los gustos personales cuando otros se la pasan divirtiéndose sin ningún mal externo; a contener los propios instintos cuando se pasa alguna necesidad, comprobando luego quienes nos rodean no los contienen, y roban y exigen y hacen daño... ¡y se tiene que poner la otra mejilla!