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5 citas bíblicas sobre la limosna

Regula tu limosna según la abundancia de tus bienes. Si tienes poco, da conforme a ese poco, pero nunca temas dar limosna, porque así te atesoras una buena reserva para el día de la necesidad. Porque la limosna libra de la muerte e impide caer en las tinieblas. (Tobías 4, 8-9) El agua apaga el fuego llameante, la limosna perdona los pecados. (Eclesiástico 3, 30) Cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad les digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha (Mateo 6, 2-3)

Eres agua viva: dame de beber

Caminar en el Espíritu Espíritu Santo,  eres viento:  llévame donde quieras; eres brisa:  déjame respirar lo nuevo; eres fuerza:  levántame del suelo; eres vida:  dame pasión por la vida;

Ella, la primera cristiana

De la misma manera que el antiguo pueblo de Israel marchó durante cuarenta años por el desierto para poder ingresar a la Tierra Prometida, la Iglesia , Nuevo Pueblo de Dios, se prepara para vivir y celebrar la Pascua del Señor. A lo largo de cuarenta días nos vamos disponiendo para acoger cada vez más profundamente en nuestras vidas el misterio central de nuestra fe. A este tiempo especial de preparación para la Pascua lo llamamos "Cuaresma". En efecto, la Cuaresma no es un viejo residuo de anticuadas prácticas ascéticas. Tampoco es un tiempo depresivo y triste. Se trata de un momento especial de purificación, para poder participar con mayor plenitud del misterio pascual del Señor (cf. Rm 8,17). Tiempo de conversión La Cuaresma es un tiempo privilegiado para intensificar el camino de la propia conversión. Este camino supone cooperar con la gracia para dar muerte al hombre viejo que actúa en nosotros. Se trata de romper con el pecado que habita en nuestros corazones, aleja...

5 citas bíblicas sobre el ayuno

Cuando ustedes ayunen no pongan cara triste, como los hipócritas, que aparentan tristeza para que la gente vea que están ayunando. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Tú cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no note que estás ayunando. Solamente lo notará tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre que está en lo secreto te dará tu recompensa (Mateo 6,16-18) Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: "Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado." Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron. (Hechos 13, 2-3) Buena es la oración con ayuno; y mejor es la limosna con justicia que la riqueza con iniquidad. Mejor es hacer limosna que atesorar oro. (Tobías 12, 8)

Felices lo que no te vieron, y creyeron

Los que creen Felices lo que no te vieron, y creyeron en Ti. Felices los que no contemplaron, tu semblante y confesaron tu divinidad. Felices los que, al leer el Evangelio, reconocieron en Ti a Aquel que esperaba!. Felices los que, en tus Enviados, divisaron tu divina presencia. Felices los que, en el secreto de su corazón, escucharon tu voz y respondieron. Felices los que, animados por el deseo de palpar a Dios, te encontraron en el misterio. Felices los que, en los momentos de oscuridad, se adhirieron más fuertemente a tu luz. Felices los que, desconcertados por la prueba, mantienen su confianza en Ti. Felices los que, bajo la impresión de tu ausencia, continúan creyendo en tu proximidad. Felices los que, no habiéndote visto, viven la firme esperanza de verte un día. Amén.

Cuando oren, no hablen mucho (Evangelio según San Mateo 6,7-15)

Jesús dijo a sus discípulos: Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal. Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

"No somos competidores, sino hermanos" Declaración conjunta del Papa Francisco y del Patriarca Kiril

( Descargar versión imprimible (pdf) ) 1. Por la voluntad de Dios Padre, de quien procede todo don, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, con la ayuda del Espíritu Santo Consolador, nosotros, Francisco, Papa y Obispo de Roma, y Kiril, Patriarca de Moscú y Toda Rusia, reunimos hoy en La Habana. Damos gracias a Dios, glorificado en la Santísima Trinidad, por este encuentro, el primero en la historia. Con alegría, nos reunimos como hermanos en la fe cristiana que se encontraron para “hablar… personalmente” (2 Juan, 12), de corazón a corazón, y discutir las relaciones mutuas entre las Iglesias, los problemas palpitantes de nuestro rebaño y las perspectivas del desarrollo de la civilización humana. 2. Nuestro encuentro fraterno se llevó a cabo en Cuba, en la encrucijada entre el Norte y el Sur, el Este y el Oeste. Desde esta isla, un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo y de los dramáticos acontecimientos de la historia del siglo XX, dirigimos nuestras palabras a todas las nacion...