Capilla Virtual: Sagrado Corazón de Jesús




ACORDAOS SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Acordaos ¡oh sagrado Corazón de Jesús! de todo lo que habéis hecho por salvar nuestras almas, y no las dejéis perecer. Acordaos del eterno e inmenso amor que habéis tenido por ellas; no rechacéis estas almas que vienen a Vos, agobiadas bajo el peso de sus miserias oprimidas bajo el de tantos dolores. Conmoveos a la vista de nuestra debilidad, de los peligros que nos rodean por todas partes, de los males que nos hacen suspirar y gemir.

Llenas de confianza y amor, venimos a vuestro Corazón, corno el corazón del mejor de los padres, del más tierno y más compasivo amigo. Recibidnos, ¡oh Corazón sagrado! en vuestra infinita ternura; hacednos sentir los efectos de vuestra compasión y de nuestro amor; sed nuestro apoyo, nuestro mediador cerca de vuestro Padre, y en nombre de vuestra preciosa sangre y de vuestros méritos, concedednos la fuerza en nuestras debilidades, consuelo en nuestras penas, y la gracia de amaros en el tiempo y de poseeros en la eternidad.

Corazón de Jesús, yo vengo a Vos porque sois mi único refugio, mi sola pero cierta esperanza; Vos sois el remedio de todos mis males, el alivio de todas mis miserias, la reparación de todas mis faltas, la seguridad de todas mis peticiones, la fuente infalible e inagotable para mi, y para todos la luz, fuerza, constancia, paz y bendición.

Estoy seguro que no os cansaréis de mí y que no cesaréis de amarme, protegerme y ayudarme, porque me amáis con un amor infinito.

Tened piedad de mi, según vuestra gran misericordia, y haced de mí, por mi, y en mí todo lo que queráis, porque yo me abandono a Vos con una entera confianza de que Vos no me abandonaréis jamás. Así sea.

ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS PARA UNA GRAVE NECESIDAD


Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:

(Se ora en silencio pidiendo el favor)

¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que contiene todas las riquezas de la clemencia y generosidad divinas? ¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?

A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.

Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.

Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.

Sin embargo… dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.

Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús.

Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.

Sacratísimo Corazón de Jesús, en Vos confío. (3 veces).



ACTO DE DESAGRAVIO DE PÍO XI

¡Oh dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago, de los ingratos, más que olvido, negligencia y menosprecio! Vednos postrados ante vuestro altar, para reparar, con especiales homenajes de honor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en todas partes, hieren vuestro amantísimo Corazón.

Mas recordando que también nosotros alguna vez nos manchamos con tal indignidad de la cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos, ante todo, obtener para nuestras almas vuestra divina misericordia, dispuestos a reparar, con voluntaria expiación, no sólo nuestros propios pecados, sino también los de aquellos que, alejados del camino de la salvación y obstinados en su infidelidad, o no quieren seguiros como a Pastor y Guía, o, conculcando las promesas del Bautismo, han sacudido el suavísimo yugo de vuestra ley.

Nosotros queremos expiar tan abominables pecados, especialmente la inmodestia y la deshonestidad de la vida y de los vestidos, las innumerables asechanzas tendidas contra las almas inocentes, la profanación de los días festivos, las execrables injurias proferidas contra vos y contra vuestros Santos, los insultos dirigidos a vuestro Vicario y al Orden Sacerdotal, las negligencias y horribles sacrilegios con que es profanado el mismo Sacramento del amor y, en fin, los públicos pecados de las naciones que oponen resistencia a los derechos y al magisterio de la Iglesia por vos fundada.

¡Ojalá que nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre! Mas, entretanto, como reparación del honor divino conculcado, uniéndola con la expiación de la Virgen vuestra Madre, de los Santos y de las almas buenas, os ofrecemos la satisfacción que vos mismo ofrecisteis un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de vuestra gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos además por impedir que seáis injuriado y por atraer a cuantos podamos para que vayan en vuestro seguimiento.

¡Oh benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación; concedednos que seamos fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio hasta la muerte y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y reináis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.


ACTO PARA DESAGRAVIAR Y CONGRACIARSE AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Oh Corazón clementísimo de Jesús, divino propiciatorio, por el cual prometió el Eterno Padre que oiría siempre nuestras oraciones: yo me uno con vos para ofrecer a vuestro Eterno Padre este mi pobre y mezquino corazón, contrito y humillado en su divino acatamiento, y deseoso de reparar cumplidamente sus ofensas, en especial las que vos recibís de continuo en la Eucaristía, y señaladamente las que yo, por mi desgracia, también he cometido.

Quisiera, divino Corazón, lavar con lágrimas y borrar con sangre de mis venas las ingratitudes con que todos hemos pagado vuestro tierno amor. Junto mi dolor, aunque tan leve, con aquella angustia mortal que os hizo en el huerto sudar sangre a la sola memoria de nuestros pecados. Ofrecédselo, Señor, a vuestro Eterno Padre, unido con vuestro amabilísimo Corazón.

Dadle infinitas gracias por los grandes beneficios que nos hace continuamente, y supla vuestro amor nuestra ingratitud y olvido. Concededme la gracia de presentarme siempre con gran veneración ante el acatamiento de vuestra divina Majestad, para resarcir de algún modo las irreverencias y ultrajes que en vuestra presencia me atreví a cometer, y que de hoy en adelante me ocupe con todo mi conato en atraer con palabras y ejemplos muchas almas que os conozcan y gocen las delicias de vuestro Corazón.

Desde este momento me ofrezco y dedico del todo a dilatar la gloria de este sacratísimo y dulcísimo Corazón. Le elijo por el blanco de todos mis afectos y deseos, y desde ahora para siempre constituyo en él mi perpetua morada, reconociéndole, adorándole y amándole con todas mis ansias, como que es el Corazón de mi amabilísimo Jesús, de mi Rey y soberano dueño, Esposo de mi alma, Pastor y Maestro, verdadero Amigo, amoroso Padre, Guía segura, firmísimo Amparo y Bienaventuranza. Amén.



LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (aprobadas para toda la Iglesia en 1891)

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre ,(R: ten piedad de nosotros).
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, (R).
Corazón de Jesús, de majestad infinita, (R ).
Corazón de Jesús, santuario de la divinidad, (R ).
Corazón de Jesús, templo de la Santísima Trinidad, (R ).
Corazón de Jesús, abismo de sabiduría, (R ).
Corazón de Jesús, casa de Dios, puerta del Cielo, (R ).
Corazón de Jesús, silla de la grandeza y de la majestad de Dios, (R ).
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, (R ).
Corazón de Jesús, que reposas entre los lirios, (R ).
Corazón de Jesús, océano de bondad, (R ).
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, (R ).
Corazón de Jesús, trono de misericordia, (R ).
Corazón de Jesús, tesoro que no se agota jamás, (R ).
Corazón de Jesús, magnífico con los que te invocan, (R ).
Corazón de Jesús, de cuya plenitud hemos sido enriquecidos, (R ).
Corazón de Jesús, modelo de todas las virtudes, (R ).
Corazón de Jesús, infinitamente amable e infinitamente bueno, (R ).
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, (R ).
Corazón de Jesús, objeto de las complacencias del Padre celestial, (R ).
Corazón de Jesús, hostia viviente, Santa y agradable a Dios, (R ).
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, (R ).
Corazón de Jesús, lleno de amargura por nuestra causa, (R ).
Corazón de Jesús, triste hasta la muerte en el jardín de los Olivos, (R ).
Corazón de Jesús, saciado de oprobios, (R ).
Corazón de Jesús, herido de amor, (R ).
Corazón de Jesús, obediente hasta morir en la cruz, (R ).
Corazón de Jesús, desangrado en la cruz, (R ).
Corazón de Jesús, traspasado por la lanza, (R ).
Corazón de Jesús, transido de dolor por nuestros pecados, (R ).
Corazón de Jesús, nuestra vida y nuestra resurrección, (R)
Corazón de Jesús, nuestra paz y nuestra reconciliación, (R )..
Corazón de Jesús, ultrajado en el Santísimo Sacramento de tu amor, (R ).
Corazón de Jesús, refugio de los pecadores, (R ).
Corazón de Jesús, fuerza de los débiles, (R ).
Corazón de Jesús, consuelo de los afligidos, (R ).
Corazón de Jesús, perseverancia de los justos, (R ).
Corazón de Jesús, salud y salvación de los que en Ti esperan, (R ).
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren (R).
Corazón de Jesús, dulce apoyo de tus adoradores, (R ).
Corazón de Jesús, delicia de todos los Santos, (R )
Corazón de Jesús, vocación de los religiosos y religiosas, (R )..
Corazón de Jesús, nuestra ayuda en las tribulaciones, (R ).,
Corazón de Jesús, protector de las familias que te invocan, (R ).
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
V. Jesús, manso y humilde de corazón,
R. haz nuestro corazón, semejante al tuyo.

ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, que por un nuevo beneficio de tu amor, te has dignado abrir a tu Iglesia las riquezas inefables de tu Corazón, haz que podamos devolver amor por amor a ese adorable Corazón, y con nuestros homenajes de respeto y adoración, reparar los ultrajes con que la ingratitud de los hombres no cesa de ofenderte.
Te lo pedimos a ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


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